Tres letras de la lactancia: Prenderse al pecho, Salida de leche y Aprendizaje

De acuerdo con la naturaleza y algunas campañas en los medios de comunicación, se supone que la lactancia materna es tan natural como respirar. Sin embargo, para algunas madres, puede requerir un poco más de esfuerzo. Desde la baja producción de leche hasta que tu bebé no se prende al pecho, la lactancia materna puede ser frustrante al principio. Sin embargo, los beneficios nutricionales para la salud de tu bebé superan el esfuerzo adicional que podría requerir. No te rindas antes de empezar. Hay ayuda disponible.

El pecho es mejor

La leche materna contiene más nutrientes y antioxidantes que la fórmula, por lo que es altamente recomendada por el Cirujano General.  Para ayudar a prepararte para amamantar, durante el embarazo, habla con tu médico o con un consultor de lactancia. Las organizaciones como Breastfeeding Network y La Leche League también pueden ayudarte a conectarte con un grupo de apoyo y un consejero si no estás segura de por dónde empezar. 

La lactancia comienza alrededor de la semana 16th del embarazo con un tipo de leche llamado calostro. Es más densa que la leche madura y tiene niveles más altos de nutrientes para ayudar a desarrollar los intestinos de tu bebé. Esta es la primera leche que tu bebé obtendrá inmediatamente después del nacimiento cuando comience la lactancia. Dentro de los dos o tres días posteriores al inicio de la lactancia, tu cuerpo cambiará a producir sólo leche madura.

La P: Prenderse al pecho

Dado que la lactancia materna es un proceso natural, tu bebé sabe qué hacer. Sus señales, como succionar, buscar con la boca y agarrar su boca, entre otras, indican que tiene hambre y está listo para que lo amamanten. Al pasar algún tiempo de calidad piel a piel con tu bebé, comenzarás a reconocer estas señales antes de que tu bebé siquiera pueda empezar a llorar.

Para aumentar tus posibilidades de éxito, trata de encontrar la posición más cómoda posible. Si necesitas una distracción como la televisión o música, utilízala. Intentar diferentes posiciones, como acostarse boca arriba o de costado, también puede ayudar a facilitar la transición a la lactancia materna. Los consultores de lactancia también pueden recomendar diferentes posiciones que pueden funcionar para ti. Tu bebé debe prenderse fácilmente a tu pecho, con su boca cubriendo tu areola (el área oscurecida alrededor del pezón). Si tienes dificultades para que tu bebé se prenda al pecho, o si experimentas dolor cuando se prende, habla con tu médico o con un consultor de lactancia: ¡a menudo, una solución simple puede hacer que vuelvas a amamantar en poco tiempo!

La S: Salida de leche

La salida de leche de uno o ambos senos puede comenzar incluso antes de que des a luz, y a menudo aumenta después del nacimiento. Por lo general, esto se debe a que tu cuerpo se adapta a los llantos de tu bebé cuando comienzas a amamantar por primera vez y no es motivo de preocupación. Esto también se conoce como reflejo de bajada y se desencadena por los nervios en el seno, lo que produce una sensación de hormigueo. Es posible que tus senos también comiencen a gotear o a doler si el tejido mamario está lleno de leche y necesita ser vaciado.

Sin embargo, una mala respuesta de la lactancia (falta de salida o producción de leche) puede deberse a una variedad de factores. Si tus pezones están adoloridos o agrietados, o si tu tejido mamario ha sido dañado por un traumatismo previo, es posible que tengas problemas para producir leche. Incluso la separación de tu bebé durante un período prolongado puede afectar tu producción de leche. Para reducir estos riesgos, haz tu investigación, realiza preguntas e identifica las mejores prácticas de los expertos en lactancia materna.

La A: Aprendizaje

Tanto tú como tu bebé pueden aprender sobre la lactancia materna juntos, y nunca está de más pedir ayuda. Si tienes alguna pregunta sobre los horarios, cómo almacenar la leche materna o cualquier otro problema relacionado con la lactancia materna, no tengas miedo de hacerla. Algunas de las preguntas más frecuentes sobre la lactancia materna son:

  • ¿Cómo puedo almacenar la leche materna? Una vez bombeada y embotellada, la leche materna en la nevera se conserva durante 3-5 días. Si decides congelar tu leche materna, asegúrate de hacerlo en un congelador profundo para que pueda durar hasta 6 meses. Ten en cuenta que la leche materna congelada pierde algunos de los nutrientes que tiene la leche materna fresca.
  • ¿Qué es un galactagogo y lo necesito? "Galactogogo" es una palabra elegante para un alimento, hierba o suplemento que ayuda en la producción de leche materna. Esto incluye ajo, agua, zanahorias, avena e incluso jengibre. Si los necesitas depende totalmente de ti y de cuánto estés amamantando actualmente.
  • ¿Cómo puedo saber si mi bebé está recibiendo la leche? ¿Cómo sé que lo estoy haciendo bien? La forma más fácil de asegurarte de que estás empezando bien con la lactancia materna es ser observada por un médico, consultor de lactancia o comadrona las primeras veces. Además de ayudarte a encontrar una posición cómoda y asegurarse de que el bebé se prenda al pecho correctamente, pueden ofrecer consejos y técnicas específicas para tus necesidades. Aunque parezca contradictorio, tu cuerpo producirá más leche cuanto más a menudo se vacíen tus senos. Si parece lento al principio, date tiempo a ti y a tu bebé para adaptarse.
  • ¿Qué pasa con mi dieta? Al igual que cuando estabas embarazada, tu dieta para amamantar debe incluir muchas frutas y verduras y debes evitar el alcohol y grandes cantidades de cafeína. Las madres que amamantan necesitan entre 300 y 500 calorías adicionales por día que las madres que no amamantan, así que debes tener eso en cuenta. Si tu bebé tiene una alergia a un alimento, será evidente a través de heces duras, gases dolorosos o devolver con frecuencia.

Recuerda que puede tardar un poco acostumbrarse a la lactancia materna, pero hay ayuda disponible. También puede ser una experiencia muy gratificante y saludable para los bebés y las madres.